Pues resulta que hace poco ha sido mi cumpleaños. Mi mujer se ha encargado de que los regalos fuesen los más emotivos que he tenido nunca. Incluso aunque tuviera que “comerme” el regalo. Muchos meses de esmero, trabajo, contactos y preparativos, para un único día. Regalos que, por su contenido artístico, podrían no llegar a tiempo.
Un cuadro de nuestros westies
Y allí apareció la mujer de mi vida con una bolsa grande y plana bajo el brazo: un cuadro encargado. Allí aparecían 3 preciosas West Highland White Terrier: Coni, Yari y Yeyé (las dos últimas ya no están con nosotros…), dibujado por Galina Kolomizeva.
Un westie en mi nevera
Pero no todo quedó ahí. Cuando aparecí por casa, en la mesita del salón lucía mi tarta de frutas favorita y una preciosa figurade fondant con la forma de un westie, con rasgos de la que podría ser mi perrita Yari.
Lo mejor fue por la tarde, cuando entro en la cocina y me encuentro un westie dentro de la nevera mirándome con cara de frío. Lógicamente sólo nos comimos la tarta de frutas. Aguantaremos la figura del westie mientras sea posible :-).